En un sentido último, Augusto Pinochet, fue la mano tiránica que interrumpió la maravillosa cadena de la vida. Como Caín, el general asesinó a sus hermanos, ofendiendo al Espíritu que late en el fondo de la historia humana. Sus obras, su herencia lamentable...
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En un sentido último, Augusto Pinochet, fue la mano tiránica que interrumpió la maravillosa cadena de la vida. Como Caín, el general asesinó a sus hermanos, ofendiendo al Espíritu que late en el fondo de la historia humana. Sus obras, su herencia lamentable ya la conocemos: generaciones de chilenos condenados al infierno de la ignorancia, la pobreza, el luto y la indignidad. En el Chile del presente no hay paz para los muertos como tampoco la hay para los vivos.
http://www.mediafire.com/view/3n4gs563lber0k2/Cuadra%2C%20Alvaro%20.-.%20La%20guerra%20de%20Augusto.%20Chile.pdf
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